ANIMALES TERAPÉUTICOS

 

Bien conocidos por todos son muchos de los servicios prestados por los perros a nuestra sociedad: detección de drogas y explosivos, búsqueda y rescate, perros guía para invidentes, etc... Sin embargo existe otro campo de actuación, menos conocido, en el que perros y otros animales están demostrando una gran  utilidad; me refiero a la terapia con animales.

Estados Unidos y el Reino Unido han sido los países pioneros en su aplicación, valiéndose de animales para ayudar a personas enfermas, ancianos, disminuidos físicos y psíquicos, con sorprendentes resultados. Hasta tal punto, que ya  trabajan con ellos en hospitales, asilos, psiquiátricos y prisiones.

Los efectos beneficiosos de los animales se basan en el afecto incondicional que nos ofrecen, mejoran el estado de ánimo, reducen la ansiedad, facilitan la comunicación y ayudan a la rehabilitación propiciando el movimiento corporal.

Existen diversas asociaciones para este fin que, en muchos casos, se nutren de voluntarios que recorren los hospitales con sus propias mascotas (perros, gatos, conejos, etc…) atenuando por unas horas el sufrimiento y la soledad de muchas personas, especialmente niños y ancianos.

Los únicos requisitos que deberán cumplir estos animales son estar sanos y tener un carácter cariñoso. En el caso de los hospitales, se extreman, naturalmente, las medidas higiénicas para evitar cualquier riesgo en el contacto animal-paciente.

Este tipo de terapia también se puede recibir en el propio domicilio, mediante las visitas de los voluntarios o proporcionando una mascota propia. Esto resulta especialmente interesante en el caso de los ancianos, quienes obtienen así, no sólo una agradable compañía, sino que se ven obligados a realizar ejercicio físico y desarrollan un sentido de responsabilidad hacia su animal, pasando de ser cuidados a ser cuidadores.

En nuestro país se está comenzando a valorar a este tipo tan especial de “enfermeros”, como lo demuestran las iniciativas de la Fundación Purina, la cual cede gratuitamente los medios para aplicar este tipo de terapias en instituciones públicas.

Aunque otros países nos llevan años de ventaja, confío en que pronto les imitemos abriendo las puertas de nuestros hospitales a estos amigos, para que inunden con su cariño y su calor a quienes tanto lo necesitan.



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