VIEJOS AMIGOS

 

A menudo, acuden a nuestra consulta personas pidiendo información sobre el cuidado de sus cachorros: alimentación, vacunas, educación, etc… Y gracias a su interés y a la información recibida, cada vez son más los perros y gatos que crecen sanos y felices.

Sin embargo, existe otra etapa de la vida en la que nuestros animales requieren tantos o más cuidados que en la infancia, y esta etapa es la vejez.

Dependiendo de la especie y la raza (los gatos son, en general, más longevos que los perros; y las razas pequeñas más que las grandes) varía la edad en que se considera a un animal “viejo”. Pero por norma general, a partir de los ocho o nueve años de edad, nuestras mascotas requieren atenciones especiales que les ayudarán a mantener una buena calidad de vida el mayor tiempo posible.

Con el paso de los años todo organismo vivo se va “desgastando” y debemos facilitarle el trabajo.

Al igual que en las restantes fases de la vida, la buena alimentación es fundamental. Conviene administrar dietas bajas en grasa y proteínas. No olvidemos que al bajar el nivel de actividad física, el organismo requiere menos calorías para su mantenimiento. Un exceso de grasa puede transformarse en obesidad, patología tan frecuente como peligrosa en los animales mayores, ya que supondrá una sobrecarga para el corazón, el hígado y el aparato locomotor. Por otro lado, un exceso de proteínas (tan necesarias en su juventud) puede perjudicar el funcionamiento del hígado y el riñón.

Afortunadamente, hoy en día, disponemos de una amplia oferta de dietas comerciales, especialmente formuladas para edades avanzadas, se conocen generalmente como dietas “senior”.

Otro aspecto importante es la higiene bucal. Desgraciadamente, existe un alto porcentaje de animales que llegan a su vejez con la boca en un estado lamentable: acumulo de sarro, infección en las encías y pérdida de piezas dentales; lo cual no sólo supone un problema de higiene, ya que puede repercutir en el resto del organismo, ocasionando, por ejemplo, problemas cardíacos.
Todos sabemos que en cuestión de salud bucal, lo mejor es la prevención (alimentos adecuados y limpiezas semanales por parte del propietario), en cualquier caso cuando ya han aparecido los problemas en la boca, la única solución es una limpieza profesional por parte de su veterinario.

Lo ideal sería realizar un chequeo anual, para detectar de forma precoz cualquier tipo de patología, y poder actuar en consecuencia. Un examen completo incluiría: una exploración general, análisis de sangre y orina, radiografía y electrocardiograma.

No olvidemos que en la última etapa de sus vidas, nuestros compañeros dependen de nosotros más que nunca.

Ya nunca volverán a ser los jóvenes juguetones, ágiles y vivarachos. Pero nos lo han entregado todo durante muchos años, ganándose día a día nuestro cariño, paciencia y dedicación. No los defraudemos.

 



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