LA ALIMENTACIÓN DEL PERRO Y GATO

 

La alimentación es la base de la salud de nuestro perro o gato. Debe de ser equilibrada y adaptada a las necesidades de cada animal desde que son cachorros, y ajustar la cantidad y tipo de alimento dependiendo de sus necesidades en cada momento de su vida.
La alimentación de las mascotas, al igual que en las personas, influye de una forma directa en su estado físico y anímico. A día de hoy, existen infinidad de posibilidades para alimentar a un animal de compañía. Podemos, desde prepararle alimento de un modo casero, hasta comprar piensos compuestos o latas comerciales.

Dependiendo del tipo de animal, es más adecuado un alimento que otro, por lo que es importante que le asesore su veterinario.

La alimentación influye en:

La formación del animal desde que es concebido.
El desarrollo físico del mismo.
Su salud, y resistencia a enfermedades.
El aspecto de su pelaje.
Su energía y vitalidad.

Una alimentación incorrecta puede causar:

Problemas intestinales.
Alergias de piel.
Engorde excesivo en animales castrados.
Problemas de corazón.
Problemas de riñón.
Otros (Cataratas, caída de pelo y dientes, etc…).

Como se puede ver, la alimentación influye de una forma directa en la salud de su animal. Esto no quiere decir que sus efectos se noten a corto plazo, pero a la larga, es muy apreciable.

Siempre le aconsejamos le pregunte a su veterinario sobre el alimento más adecuado para su animal.

A tu perro o gato puedes alimentarle principalmente de dos maneras: de forma casera o de manera comercial.

Esta última es la más común debido a sus múltiples ventajas; no requiere preparación ni compra diaria, su almacenaje es limpio y cómodo, y una vez escogido el alimento adecuado a la edad, tamaño y actividad del animal, su alimentación será sana y equilibrada. Además existen piensos compuestos y latas específicos para estados concretos del animal, como si son crías, o hembras embarazadas o lactantes.

Dentro de la alimentación comercial, hay dos tipos
:

Alimentos secos: piensos compuestos. Es la más cómoda y barata y se conserva por más tiempo. En dicho caso es vital proporcionar agua suficiente al perro o gato.

Alimentos húmedos: latas. Más caros y de menor duración, pero más completos y más atractivos para el perro.

La alimentación casera no es ni mejor ni peor, aunque sí la menos utilizada, debido a que requiere una mayor dedicación y conocimientos.

La preparación de una comida nutritiva y equilibrada requiere unos componentes basados en materias crudas, las cuales han de cocinarse y mezclarse en unas cantidades y de un modo concreto para que su cuerpo lo asimile adecuadamente. Alimentar a un perro o gato de forma casera NO es darle las sobras. También ha de tenerse en cuenta que el precio es mas elevado, puesto que los piensos compuestos y latas existen desde muy bajo coste.

Como alimentar a un perro y gato

El primer alimento que tomarán en casa depende de la edad a la que lleguen. Lo ideal sería mantenerlos junto a la madre hasta el mes y medio de vida  (destete natural), pero existen muchas circunstancias que requieren una separación más temprana. Si fuera necesario un destete precoz, como muy pronto se haría a las tres semanas del nacimiento, aproximadamente, y se debería realizar de forma gradual (para evitar que a la madre se le enquiste la leche en las mamas, con la consiguiente mastitis). El cachorro deberá seguir alimentándose con leche maternizada, especialmente formulada para este propósito. Al alcanzar las tres o cuatro semanas, se empezará a ofrecer el pienso en forma de papilla, reblandecido con leche maternizada tibia. Cuando sus dientes sean suficientemente fuertes para triturarlo (alrededor del mes y medio) pasarán a tomarlo seco, lo cual contribuirá a mantener una buena salud dental.

Respecto al número de tomas diarias, hay que señalar que éstas se irán espaciando conforme crezca el cachorro. Comenzando cada dos o tres horas, cuando son recién nacidos, hasta llegar a las cuatro tomas diarias cuando alcanzan el mes y medio, tres tomas diarias cuando alcanzan los 6 meses y dos tomas diarias cuando alcanzan  los 12 meses. A partir de esta edad comerán una vez al día salvo que queramos engordarle, en este caso se le dará dos veces al día, ya que las digestiones son menos pesadas y se asimilan mejor los alimentos.
Los gatos prefieren saborear su alimento en pequeños y frecuentes bocados, por lo que, salvo excepciones, deberán tener la comida siempre a su disposición.
Es fundamental que siempre disponga de un bebedero con agua fresca. Debemos cambiarla frecuentemente.

Para acostumbrar a su perro o gato a comer pienso sólo existe un secreto: perseverancia y determinación. Si al ofrecer el plato de pienso, el perro lo olfatea y aparta dignamente el hocico con gesto ofendido; no debemos correr hacia la nevera en busca de un muslo de pollo o una loncha de “jabugo”. Debemos dejarlo en su plato 10 minutos y retirarlo a continuación hasta la siguiente toma, repitiendo entonces la misma operación, hasta que decida comérselo. Y recuerden, es muy importante no ceder a su “chantaje”, si no quieren que su perro termine llamando a “telepizza”. El perro tiene que acostumbrase a comer en un tiempo establecido, a su hora le pondremos el comedero y lo retiraremos en 10 minutos, a no ser que el perro siga comiendo. Entonces se esperara hasta que deje de comer, así evitaremos que se pase todo el día picoteando.

Si queremos darles algo de comida casera, siempre deberemos dársela después de que coma su pienso, para que este lo condicione y sepa que tiene que comer. Ya que si lo hacemos al revés, los perros o gatos mal comedores dejaran el pienso mientras se comen lo otro.
Cuando nos preparemos para viajar con nuestro compañero, es conveniente que se encuentre en ayunas. Le podemos dar una o dos barritas nutritivas como las existentes para personas pero para perros y gatos. Cuando lleguemos al destino, deberemos dejar pasar un rato hasta darle de comer. No obstante el perro o gato siempre ha de tener agua a su alcance o abastecerle cada poco.
Seria muy fácil que debido al cambio de lugar, clima etc. nuestro compañero no coma como siempre. En ese caso no deberemos de preocuparnos pero tampoco deberemos de cambiar nuestra forma de alimentarle (darle de la mano, dejarle la comida mas de lo normal  etc...). Si este comportamiento siguiese más de dos días, sí se debería de acudir al veterinario.


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